Reseña

El solitario fabricante de humor hablado para el entretenimiento en vivo no tiene contención de ningún órgano colegiado. Esto tal vez se deba a que su actividad jamás se afianzó sobre decoros ni sobre instrumentaciones demasiado metódicas. Dan Trugman, actor argentino de mil avisos publicitarios internacionales y comediante unipersonal creador de la escuela Primer Estudio de Monólogo Cómico, visa la creciente tendencia de instintos artísticos gustosos de “autoproducir” sus propios soliloquios cómicos, e indica el sistema con el cual desarrollar el parlamento humorístico individual, sin que en su montaje se precise recurrir a la utilización de un tanque de gas hilarante. Más destacable es lo que sigue: Esta documentada guía para el principiante toma impulso en que si un soneto se escribe digitando una resonancia en la emotividad de su receptor, también existe una módica administración de palabras y fuerzas intrínsecas a nuestro alcance que sugestiona a nuestros semejantes hacia SU MISMA RISA ...y hasta dislocar mandíbulas en estentóreo, carcajeado, knock out. Detrás de la manifestación de la Comedia no hay nada desopilante. Si fuera inexacto decir que allí hay Drama, por lo menos es lícito que concedamos que la Seriedad está arrendando cierto espacio subatómico. Y tenemos aquí la ponencia de basamentos serios de la comedia de-una-sola-persona. El autor de este libro lleva a un viaje de reconocimiento vital al interesado en el Monólogo Cómico. Pasando menos tiempo en cuan descollante podría ser nuestra carrera como monologuistas y más en las instrucciones pragmáticas para disciplinarnos con propiedad, las técnicas se academizan –con la inclusión de oportunos condimentos humorísticos- encontrando su metódica progresión. En un apéndice, hallamos cursos de acción sugeridos para activar y aplicar los aprendizajes. Hasta esta publicación sobre el armado del show unipersonal de humor (la primera en el idioma de Cervantes editada en América), todos los libros estadounidenses relevantes al género han buscado ser voluminosos, ostentando así la ilusión de portar coberturas exhaustivas. Pero eso no los vuelve realmente completos y muchas veces sí los vuelve distractivos. En “Cómo Se Hace Un Monólogo Cómico” y sus ciento veinte páginas consta el plano primordial del comediante que se valdrá solo de sí mismo para producir los más graciosos espectáculos. Cuando se conversa con aspirantes a creadores de comedia unipersonal, muchos de ellos parecen temer a escribir; una gran cantidad de simpatizantes se muestra inhibida de componer su propio material de humor, o directamente se cree que será imposible que sus ideas encuentren el camino a la hoja de papel. No obstante –se comprueba en este libro-, hay una rotación de elementos del pensamiento que puede tener lugar entre los reparos de cualquier persona, y en el momento que eso se descubre, TODO ESTUDIANTE escribe divertidos guiones personalizados de Stand Up Comedy. Con respecto a comediantes erigiéndose en personajes en el reino del Varieté, disponemos de otra valiosa conclusión en estos capítulos. Numerosos aprendices y artífices de la actuación truncan su desarrollo debido a que ignoran el procedimiento más natural de todos: Quien debuta realizando Standup a cara descubierta, ya no experimenta ningún prurito en entregarse al “juego” de la caracterización teatral, que obviamente sucede bajo más capas, accesorios o mantos protectores de la vergüenza y el miedo. Incluso intérpretes teatrales extremadamente diestros se topan con incómodas dificultades al tratar de tomar el rumbo didáctico contrario, o sea, desde la práctica del monólogo con disfraz y destiempos hacia aquel que se definía precisamente por su desnudez y su timing. Tales actores corroborarán acá que existen respuestas a sus plegarias. Llevar al sentido del humor al próximo nivel es lo que ha de insertar al practicante en el mercado de las contrataciones artísticas de comedia alrededor del mundo.

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