Reseña
Andar no exige ni aprendizaje, ni técnica, ni material ni dinero. Sólo requiere de un cuerpo, de espacio y de tiempo. Cada día son más los aficionados a caminar, y todos ellos obtienen los beneficios de esa propensión: sosiego, comunión con la naturaleza, plenitud...
Pero andar es también un acto filosófico y una experiencia espiritual. Pasando del vagabundeo al peregrinaje, de la andanza al recorrido iniciático, de la naturaleza a la civilización, Frédéric Gros se nutre de la literatura, la historia y la filosofía para demostrarlo.
Rimbaud y la tentación de la huida, Gandhi y la política de resistencia, sin olvidar a Kant y sus paseos cotidianos en Königsberg.
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