Reseña
Gardel es más francés que el Arco del Triunfo, jamás estuvo en Ushuaia ni siquiera de paseo y mucho menos cantó una letra de Almafuer te. Las fábulas siempre estimularon el culto al mito del Supremo Cantor, cuya vida (y su muerte) fue mucho menos enigmática de lo que suelen pintarla. En cambio, se sabe que la casa que le compró a su santa viejecita en el Abasto fue un prostíbulo, que su cadáver fue llevado a lomo de mula por senderos montañosos y estuvo a punto de caer a un precipicio y que quedó muy amargado por su primera película en Estados Unidos, entre tantos otros episodios ocultos que por primera vez salen a la luz. Cada una de estas cien anécdotas expresa una forma diferente de hurgar en la cotidianidad de nuestro ídolo máximo de la canción popular, reconociendo a sus amigos, sus calles, sus grabaciones, sus giras y sus novias. Porque -digan lo que digan- le gustaban las mujeres. Vale la pena asomarse y descubrir la otra cara de Gardel.
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