Reseña

Cada tanto una noticia nos sobresalta. #La IV Flota patrulla aguas
sudamericanas#, #EE.UU. busca instalar una base militar en el Chaco# o
#entrena tropas en la base chilena de Concón#. Enseguida aparecen
versiones tranquilizadoras: #No hay de qué preocuparse, son misiones
humanitarias#. Este libro surgió de la evidencia de ese doble discurso.
A fines de 2009, Colombia, bajo el gobierno de Álvaro Uribe, autorizó al
Pentágono a ocupar siete bases militares de su país; desde hacía un año
la IV Flota patrullaba nuestros océanos y cada vez había más señales de
que Estados Unidos avanzaba militarmente sobre América del Sur. El viejo
mito de que nuestro subcontinente no está en la agenda de la Casa Blanca
caía por tierra. ¿Para qué Norteamérica necesita avanzar con una fuerza
de tal magnitud sobre una zona claramente desmilitarizada? El comercio,
los recursos naturales y la necesidad de mantener su hegemonía en un
siglo XXI muy convulso son parte de la respuesta. En ese esquema, los
pasos interoceánicos de Panamá, el Estrecho de Magallanes y el Pasaje de
Drake (de ahí la importancia de las Islas Malvinas) se han vuelto clave.
Telma Luzzani analiza aquí por qué siempre fue vital para Estados Unidos
contar con una red de bases militares que garantizara el control
político y económico de nuestra región y evitara, a su vez, todo intento
de integración o autonomía. La autora indaga además las formas
discursivas que utiliza el imperio para minimizar el peligro de esa
presencia militar. Se trata de una investigación original e inquietante,
necesaria para comprender el pasado y transformar el futuro de nuestro
continente.

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