Reseña
“Colección de escenas urbanas de una ciudad en mutación,
pero también novela atomizada que comparte el arte de narrar
con cierta forma proveniente del ensayo, en Los inmortales
Claudio Zeiger entrega una sentida elaboración de calle
y literatura, y alcanza su máximo nivel expresivo.
Un joven escritor sale a caminar por Corrientes con su padre,
en un movimiento que tiene más de búsqueda del pasado
que de flaneurismo ocioso. El paseo deviene en relato filial
desde los tiempos en que Corrientes era otra, el padre era
otro y también el narrador. Lo mismo sucede con sus modelos:
allí está la generación de Contorno, “la última generación”
en términos de Zeiger. Por estas páginas caminan hacia sus
destinos las amistades rotas entre Masotta, el vanguardista;
Correas, el maldito, y Sebreli, el sobreviviente. El tiempo
es el centro obsesivo de este libro. Su eje, las relaciones entre
lo culto y lo plebeyo, el centro y los márgenes, la tentación
del peronismo y la homosexualidad. Pero aquí no se agota
Los inmortales: todavía le falta al lector asombrarse con
la reescritura de la legendaria escena de pensión de Silvio
Astier con un pibe ‘invertido’ y explorar los bares donde parecen
contemplar el paso de los años tanto Martínez Estrada
como Borges. Zeiger no elude la construcción de un personaje
desolado, víctima de marginalidad y sida, en el que
se funden las sombras ilustres del memorioso Funes borgeano
y el Gato irlandés de Walsh.
Este es un libro confesional como hacía mucho no teníamos,
un libro necesario porque lo fue para el autor escribirlo, y por
carácter transitivo, también para nosotros, lectores agradecidos.”
GUILLERMO SACCOMANNO
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