Reseña
“Voy a escribir sobre la amistad, sobre la ciencia ficción,
sobre la idea de país, sobre los símbolos patrios, sobre un
extraño océano compuesto por la materia de nuestros sueños
y terrores. Sobre la nostalgia. Voy a escribir acerca de
cosas que no tengo en claro.”
Según el diccionario, “tuntún” significa sin cálculo ni reflexión.
Fabián Casas ha hecho de la escritura al tuntún
mucho más que una marca de autor o un género literario.
Es una declaración de principios.
Lejos de la figura del escritor que dicta cátedra, Casas surfea
sus temas favoritos con engañosa facilidad y transparencia.
Sus ensayos van del rock a la literatura, pasando
por la política, el amor, la cultura y el deporte. Pero, como
en un pase de magia, cuando cuenta la vida de Tolstoi en
realidad está hablando de ética, y es la relación entre
padres e hijos lo que se esconde detrás del relato de una
final de San Lorenzo.
A tientas, Casas va de ensayo en ensayo buscando respuesta
a las dos o tres preguntas que realmente le importan.
En esa deriva –que es más bien un acto de fe– reside
el poder de fascinación de su escritura, que lo convierte en
uno de los grandes escritores argentinos de la actualidad.
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Sobre el autor