Reseña

Este libro es producto de una investigación realizada por la autora durante 8 años. En él se da cuenta, entre otros aspectos, de las características que adultos y jóvenes asocian con el ser mujer y con el ser hombre, lo que se traduce posteriormente en lo femenino y lo masculino. Además, muestra cómo estas características están siendo adoptadas por los jóvenes en forma contradictoria a sus propias naturalezas, por ejemplo, la masculinización de las mujeres y cómo enderezar los caminos para formar mejores personas, mejores mujeres y mejores hombres que más allá de sus propios géneros sean capaces además de reconocer el beneficio o perjuicio de hacer o no uso de una determinada característica. Un ejemplo bien estereotipado es el del trabajo y la casa: las mujeres debemos aprender y hacer uso de algunas características masculinas para desempeñarnos mejor en el trabajo (pero sabemos también que se es mejor mujer en el trabajo en la medida que también se aporte desde el lado femenino), como a su vez, los hombres tienen que aprender y echar mano a ciertas características femeninas para la vida doméstica o bien el cuidado de los hijos. Los chinos tienen el yin y el yan, 2 principios que rigen la vida y que occidentalmente se relacionan con lo femenino y lo masculino. Karl Jung distinguió entre el animus y el anima, ambos principios también asociados a lo fem. y a lo masc. La discusión está superando el tema del género y de las propuestas del estilo las mujeres son de Venus los h. de Marte y cómo hacer para que ellos nos entiendan. Se está dando un paso considerable en la formación de las personas, pues los modelos, incluso de la generación que son padres y madres de hijos adolescentes en la actualidad ya está superada por los temas de la homosexualidad, del avance de la mujer en la vida pública, de la maternidad, etc.. Hoy en día los hombres están llorando más que las mujeres, ¿cuál es la idea, cambiar el peso en la balanza o equilibrarla?

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